La violencia en el fútbol es tan antigua como el juego en si, existiendo en Inglaterra que remontan al año 1898. Sin embargo, se acepta que el origen de los grupos organizados llamados Ultras, con alguna diferencias estéticas y culturales respecto a los Hooligans, nació en Italia, extendiéndose por el resto de Europa y no fue hasta 1980 que los Ultras alcanzaron notoriedad pública, en distintos países europeos, por el nivel de animación, colorido, miembros y violencia que generaban dentro y fuera de los estadios.
La subcultura ultra es una mezcla de estilos para apoyar a un equipo de fútbol, que puede ser mediante coreografías, el uso de banderas, estandartes, bengalas, cánticos y las bufandas con el nombre de cada grupo ultra. Los grupos pueden estar compuestos por cientos o miles de aficionados, apareciendo alianzas y rivalidades por las ideologías políticas de los grupos ultras más radicales.
La mayoria de grupos ultras están asociados con facciones políticas de extrema derecha, que suelen mostrar esvásticas, cruces celticas y símbolos fascistas, entre los que se encuentran los Irriducibili de la Lazio en Italia, los Ultras Sur del Real Madrid en España o los Super Dragões del Oporto en Portugal, entre otros.
Por otro lado, también existen grupos ultras de extrema izquierda, mostrando símbolos o imágenes icónicas de izquierda, como por ejemplo la del ‘Che’. Algunos de los grupos de izquierda más conocidos son los South Winners del Olympique de Marsella en Francia, las Brigate Autonome Livornesi del Livomo en Italia. Otros, por su parte utilizan símbolos anarquistas, aunque no necesariamente con alguna identificación ideológica clara.
También otros grupos ultras que se caracterizan por su carácter nacionalista, especialmente en España, como los Herri Norte Taldea, los Celtarras o los Boixos Nois y los Almogàvers.
Sin embargo, muchos grupos no se definen bajo ningún tipo de ideología política o reivindicación nacionalista, limitándose a defender los colores de sus equipos.